Las crónicas de mis viajes

viernes, 7 de agosto de 2015

Para ir allí, cogimos un autobús nocturno. Nos quedamos sorprendidas por las comodidades del autobús y el lujo que lo rodeaba. El autobús disponía de asientos, que estaban situados en la primera fila, y literas, al final del autobús. Una vez dentro nos dimos cuenta de que las literas disponían de cortinas para preservar la intimidad de los pasajeros.

Al poco de partir de Ahmedabad, Berta y yo notamos que estaba lloviendo a la vez que tronando con bastante fuerza pero eso no nos preocupó mucho, pues nos encontrábamos en la época de monzón. Empezamos a preocuparnos más cuando descubrimos que nuestro compartimento empezaba a estar húmedo a cada rato que pasaba porque las ventanas no estaban bien fijadas (ni el techo del autobús).
De modo que al cabo de dos horas nuestro compartimento estaba casi inundado. Berta y yo decidimos movernos a otro sitio porque nuestras pertenencias estaban empapadas. 

Nos despertamos asustadas al ver que eran las 11:30 de la mañana y seguíamos dentro del autobús. Pensamos que nos saltamos nuestra parada. Después de varios intentos de comunicación con los otros pasajeros entendimos que nuestro autobús tuvo que cambiar de ruta porque las carreteras que conectan Ahmedabad con Jaisalmer eran intransitables a causa de la inundación.

Lo que tendría que haber sido un viaje de 10 horas se convirtió en un viaje de 32 horas. En el trayecto vimos muchísimos campos inundados y cultivos arruinados. Algunos pasajeros nos enseñaban fotos de más ciudades inundadas desde sus cuentas de Facebook y Twitter. También nos hicimos amigas de algunos pasajeros, llegando a enseñarles a jugar a las cartas UNO para matar el tiempo.

Matando el tiempo
Las paradas que realizaba nuestro chófer para que los pasajeros pudiéramos comer, beber y hacer nuestras necesidades nos permitieron  observar la realidad de la India rural. Pudimos percibir la dureza de sus condiciones de vida. También notamos que la red de las carreteras rurales no estaban bien pavimentadas o no lo estaban en absoluto provocando que botásemos en nuestras literas cada dos por tres.

Nos dijeron que por la tarde llegaríamos a nuestro destino pasando por Jodpur pero Berta y yo estábamos convencidas de que llegaríamos más tarde, sobre la madrugada. Así fue. Llegamos a nuestro destino sobre las 5 y media de la madrugada.

Unos hombres nos despertaron para avisarnos de que habíamos llegado a Jaisalmer (¡por fin!). Al salir del bus no sabíamos que hacer. Primero porque era muy temprano para empezar explorar la ciudad y estaba oscuro; segundo, estábamos solas y no sabíamos con certeza dónde nos encontrábamos (cuando nos dijeron que habíamos llegado, me puse a comprobarlo en el Google Maps para cerciorarme que habíamos llegado a Jaisalmer); y tercero, estábamos muy agotadas. Terminamos por seguir a un hombre de edad media que decía ser propietario de un hotel que estaba cerca de la parada de autobús siendo conscientes de que lo mejor para conocer Jaisalmer era dormir dentro de los muros de la ciudad.
Descubrimientos y lecciones aprendidas:
  • No coger autobuses en la época de monzón.
  • Ocurra lo que ocurra, los indios no faltan a su hora del té. Normal, porque el té masala chai está ríquisimo.
  • Los habitantes de la India, como en cualquier otra parte del mundo, dependen de las noticias publicadas por Facebook para enterarse de cualquier noticia.
  • En el viaje aprendimos la importancia de tener varias bolsas de plástico resistentes a mano. Recomendamos encarecidamente las bolsas de Subway por si en algún momento queréis hacer pipí dentro del bus.


jueves, 30 de julio de 2015

Un poco sobre Ahmedabad, Gujarat:
  •  Ahmedabad es la capital del Estado Gujarat.
  •  Es la primera ciudad india inscrita en el patrimonio de la Unesco.
  •  El icónico Mahatma Gandhi nació allí, la cual volvió para construir su ashram allí.  
Un ashram es un lugar de meditación y enseñanza tanto cultural como espiritual, en el que los alumnos conviven bajo el mismo techo que sus maestros. También se entiende como comunidad espiritual.
  • Además, es una de las zonas de mayor crecimiento económico del país. En Ahmedabad conviven muchos vecinos del estado Rajastán dada las mejores condiciones de vida y de empleo en Gujarat.
  • La venta de alcohol está prohibida en Gujarat a menos que seas extranjero.
Tal y como os conté en la primera entrada del blog, pillamos un tren nocturno para llegar a Ahmedabad. Era la primera vez que nos trasladábamos a otra ciudad en tren. Al subirnos en el tren vimos nuestras literas con nuestros correspondientes nombres. Increíble, ¿verdad?
 
Me encantan los cumpleaños. Nunca me ha disgustado la idea de cumplir años. Sin embargo, aquella noche fue la primera noche que me olvidé de mi propio cumpleaños. Correcto, señores y señoras, cumplí años en una litera de un vagón de tren.


Durante el trayecto me fijé en cómo las mujeres hindú eran las encargadas de todo, desde hacer la ropa de cama en las literas de sus respectivos consortes hasta servirles la cena. Aquella noche me dormí pensando mucho en el trato hacia la mujer y su posición en la sociedad hindú.

En Ahmedabad teníamos que vernos con un amigo Sarvesh, pero para llegar al punto de encuentro teníamos que coger un tuk-tuk. Nuestro amigo nos aseguró que, desde la estación hasta su casa, el trayecto tendría que costar 200 rupias máximo. Al llegar ya estábamos rodeadas de conductores de tuk-tuk, había uno que quería llevarnos a toda costa, por lo que estuvimos negociando cansinamente con él hasta que aceptó. Probablemente os preguntaréis porqué no buscamos a otro conductor en vez de regatear hasta la extenuación con el nuestro. La respuesta a la pregunta es simple, no nos dejaba hacerlo y mantenía a los otros conductores lejos de nosotras. Por lo menos conseguimos que nos llevase al precio que queríamos.

Nuestro taxista estuvo mascando tabaco todo el trayecto. Incluso nos pidió permiso para parar y comprar más tabaco para metérselo enseguida en la boca. Berta se fijó en el pobre estado de los dientes de conductor y se preguntó si ello se debía al tabaco de mascar. Más tarde, le preguntó a nuestro amigo si el tabaco es la causa del deterioro de los dientes de la mayoría de los hombres indios. Efectivamente, lo es.


Nuestro taxista experto en mascar tabaco.
Después de encontrarnos con Sarvesh, nos dirigimos al aeropuerto para buscar a Alicia, otra amiga que llegaba de Barcelona. Cuando le vimos, lo primero que nos dijo fue que extraviaron su mochila de viaje y que tardarían algunos días en devolverla. La familia de Sarvesh tuvo que insistir mucho para meterles prisa para que la devolviesen cuanto antes.


Tras varios días de espera.
Mi mejor regalo de cumpleaños fue poder compartirlo con nuestro anfitrión Sarvesh, su familia, Berta y Alicia. Lo celebré soplando una tarta enorme de chocolate. 


Nuestro anfitrión, su familia y nosotras.
Seguramente os estaréis preguntando cómo demonios conseguimos las cervezas en mi cumpleaños al estar prohibida la venta de las bebidas alcohólicas en Gujarat. La ley seca del estado no se aplica a los extranjeros. Por lo tanto, nosotras tres, al presentar nuestros pasaportes en un hotel de categoría superior al de cuatro estrellas, pudimos comprarlas. Aunque eso sí, para hacernos con ellas tuvimos que firmar varios papeles.

La "mini" tienda de alcohol del hotel
Aprovechamos para visitar la ciudad al día siguiente. También visitamos un KFC con camareros sordos. Me encantó la experiencia de poder pedir mi pedido en lengua de signos y de preguntarle al camarero cuál era el mejor plato porque el menú de allí y de España no tienen nada que ver.


Con uno de los trabajadores sordos del restaurante KFC
Visitamos también el Sabarmati Ashram, fundado en 1917, que fue el primer ashram que fundó Gandhi en la India nada más volver de Sudáfrica. 

El Ashram se creó con dos objetivos:
  • Servir como una institución que lleva a cabo una búsqueda de la verdad.
  • Actuar como una plataforma de reunión de personas comprometidas con la no violencia para reclamar la independencia del país del Imperio Británico. 

En la actualidad el ashram también hace la función de un museo, el cual se llama Ghandi Smarak Sangrahalaya.
Posando con la estatua de Ghandi


En el santuario descubrimos un poco más sobre la vida de Ghandi y el sistema de funcionamiento del ashram a través de la galería "mi vida es mi mensaje" que consta de 8 cuadros, 200 ampliaciones de fotos de algunos de los acontecimientos más vividos e históricos de la vida de Gandhi, exposiciones que muestra citas, cartas y otras reliquias de Gandhi. Además de una biblioteca y una librería del ashram que, sin fines de lucro, vende literatura y objetos relacionados con la figura de Gandhi y el trabajo de su vida apoyando, a su vez, el trabajo de los artesanos locales.
En el ashram dos mujeres de aproximadamente unos 35 años se acercaron hacia donde estábamos nosotros para comunicarse con nosotros. Al principio no les entendimos pero luego nos dimos cuenta de que querían presentarnos a sus hijos, que  sí eran personas sordas, quienes estaban teniendo una cita concertada por ambas familias. Otro choque cultural: matrimonio concertado.

Por la noche, Sarvesh nos invitó a un dulce típico de allí aunque, después de probarlo, no sé si llamarlo dulce. Ninguna de las tres conseguimos tragarlo entero, ya que nos lo metieron por la boca directamente sin darnos tiempo a prepararnos. Eso y porque sabía raro.

¿No os avisé ya? En la foto podéis apreciar que Berta ni siquiera alcanza a morderlo.
En nuestro último día en la ciudad aprovechamos para hacer recados porque, por la noche, Berta y yo teníamos que coger un autobús para ir a Jaisalmer. Nosotras queríamos coger el tren nocturno porque nos gustó mucho la primera experiencia que tuvimos, pero nos dejamos de convencer por la familia de Sarvesh que insistía que un autobús era la opción más segura y cómoda para nosotras.

Poco antes de emprender nuestro viaje a Jaisalmer, la familia de nuestro amigo nos previno de que no visitáramos Amritsar, otra parada de nuestro viaje, pero que la tuvimos que tachar de nuestra lista. Durante nuestra estancia en Ahmedabad, Amristar sufrió un atentado por parte de Pakistán. Nos dio mucha pena tener que saltárnosla porque allí es donde se encuentra el Templo Dorado, conocido como Harmandir Sahib, también declarado Patrimonio de la Humanidad. La ciudad está ubicada cerca de la frontera hindú-pakistaní en el estado de Punjab. Para que os hagáis una idea, el Templo Dorado es para los sijs lo que es la Meca para los musulmanes.

Aquí en mi entrada quiero agradecer infinitamente a la familia de Sarvesh que nos acogió con mucho cariño y con los brazos abiertos.

Nuevos descubrimientos tanto culturales como sociales:
  • Según tengo entendido, Gandhi fue el pionero de las protestas pacíficas en la actualidad.  
  • Cultura y socialmente está muy mal visto rechazar un regalo.
  • En la India se le da mucha importancia a la unión de los matrimonios concertados según la casta social de cada familia. Más del 90% de la población hindú no está de acuerdo con la unión de matrimonio por amor, aunque cada vez hay más jóvenes que prefieren elegir a su pareja sin tener en cuenta la opinión de su familia. Hay quién que se hace servir del potente medio de difusión del cine con la finalidad de romper con la tradición de los matrimonios concertados a través de las películas de comedia romántica del cine de Bollywood.
  • Resulta muy complicado hacerse con una tarjeta de prepago sim en la India. Se tienen que presentar muchos documentos para que la empresa acepte darte de alta.
  • Gracias a Sarvesh nos enteramos de que está estrictamente prohibido en la India saber el sexo del bebé en las ecografías durante el embarazo para evitar el alto porcentaje de abortos si el bebé es una niña. Los médicos, bajo pena de cárcel, no pueden revelar el sexo del bebé. Si lo hacen y son descubiertos, son condenados a la cárcel muchos años.
  • Con motivo de la religión hindú, India es el paraíso perfecto para las personas vegetarianas o veganas.

viernes, 24 de julio de 2015

Un poco sobre Mumbai:
  • Capital del Estado de Maharastra.
  • Principal centro económico de la India. 
  • Idioma oficial: Hindú y maratí 
  • La famosa industria cinematográfica Bollywood se encuentra en Mumbai.
Primer día,

En el aeropuerto de Mumbai, ya a primera vista, pudimos apreciar las diferencias culturales. Una vez fuera del aeropuerto se nos acercaron muchos taxistas ofreciéndonos su vehículo para dejarnos en la ciudad. Tuvimos que negociar con algunos de ellos hasta que nos decidimos por uno que nos ofreció llevarnos a la ciudad por 450 rupias (alrededor de 7 euros). Cuando cerramos el trato con el taxista no preguntamos por el tipo de su vehículo que resultó ser una motocicleta de tres ruedas, más conocida como tuk-tuk o rickshaw. 
Al momento de entrar en la ciudad empezó a llover de forma exagerada. Así fue cómo fuimos presentadas al monzón, el cual lo conoceríamos mucho mejor y nos haríamos inseparables a lo largo de las siguientes semanas.  


Primera experiencia en un tuk-tuk aunque yo no os aconsejaría viajar en un rickshaw en pleno monzón porque nos mojamos bastante durante el recorrido.

Debido a que llovía demasiado, el conductor tuvo que parar debajo de un puente para hacer otro trato con otro taxista con coche para que nos llevase al centro, concretamente a la estación de tren Chhatrapati Shivaji para comprar nuestros billetes para ir a Ahmedabad, nuestro próximo destino. El trato lo hizo sin consultarnos, supongo que debido a las barreras lingüísticas, así que no os asustéis si veis que se muestran proactivos sin consultar vuestra opinión antes.

Ya allí, nos indicaron que teníamos que esperar en un sitio hasta que abriesen a las 8 de la mañana para poder comprarlos. Durante la espera vimos a tres sordos hindúes signando pero no nos atrevimos a llamarles por vergüenza, en el que enseguida nos arrepentimos de nuestra decisión.

Cuando se abrieron las puertas de la estación, se nos indicó que teníamos que subir a la planta de arriba, y esperar un rato más ya que todavía no eran las ocho en punto. Un vigilante nos indicó que podíamos esperar en un sitio reservado para los turistas extranjeros. Había bancos reservados "solo para turistas extranjeros".

Foreign tourists only

No nos sentó bien tener que sentarnos allí. Nos pareció indignante que hubiese bancos así. Nos preguntarnos si un indio extranjero podría sentarse en el banco a pesar de tener los rasgos propios del país. Ese fue nuestro primer choque cultural.

En cuanto conseguimos los billetes de tren nos dedicamos en cuerpo y alma en buscar alojamiento con wifi porque, al no poder contactar con nadie, necesitábamos wifi para saber dónde estábamos y contactar con un amigo de Mumbai para quedar con él al día siguiente. La búsqueda resultó ser una odisea, lo que me puso un poquito de mal humor porque tenia tantas ganas de tumbarme un rato en una cama al haber llegado a la India enferma.

Al final encontramos uno que "no estaba mal" de unas mil rupias (15 euros aprox.) por noche con conexión a wifi. Nos pareció un poco caro viendo las condiciones del hotel pero no podíamos ni queríamos prescindir de la conexión a nuestro mundo real. De modo que no nos quedó más remedio que aceptar sin rechistar. Caímos bastante rendidas en la cama viendo una telenovela de aquí, una que no tiene nada que envidiar a las sudamericanas (sí, la vimos sin subtítulos, qué se le va a  hacer).

Por la tarde nos espabilamos un poco para dar una vuelta por el barrio y cenar. En la calle donde nos alojamos, la Grant Road, había una gran hilera entera de puestos de mercadillo. Al pasear por la calle nos adentramos en un callejón grande que hacía  la función de un mercado para comprar comida enlatada, fruta, especias, gallinas vivas, y carne. Cuando nos adentramos más, notamos que el olor era más rancio y putrefacto. Entretanto, varios carniceros querían vendernos polluelos muertos y/o con sangre diciendo que estaban buenos. Aunque pensándolo bien no sé si eran polluelos u otro animal. A Berta se le revolvieron las tripas mientras yo, para ignorar las nauseas que estaba sintiendo, intentaba respirar por la boca. Segundo choque cultural.


Nuestra cena.
Me habréis de disculpar, no me acuerdo del nombre exacto del plato.


 Segundo día,

Tras asimilar un poco mejor la cultura india, nos pusimos de camino para encontrarnos con nuestro amigo y sus invitadas, que al final resultaron ser dos europeas muy simpáticas.Escogimos la Puerta de India como punto de encuentro. Para ir allí decidimos que lo haríamos a pie (qué par de ignorantes éramos). Mumbai es una ciudad enorme, por lo tanto, ir a pie es una misión un poco suicida. Terminamos llegando media hora tarde, ¡suerte que decidieron esperarnos un poco más! Para llegar allí, pasamos por un barrio pobre en el que la profesión mayoritaria de los vecinos era la metalurgia. En el camino vimos montones barras de metal de distintos tamaños y muchísimas tiendas-trasteros idénticas. Berta y yo nos preguntamos cómo sería la competencia allí.

La Puerta de India es un monumento precioso que fue construido para celebrar la visita del rey Jorge V. de Reino Unido y su esposa la reina María a la ciudad en 1911. Para poder ver el monumento de cerca tuvimos que pasar por una puerta detectora de metales, ya que según nos contaron en 2008 hubo un atentado terrorista por la zona. 

La Puerta de India, Mumbai


Después de ver el monumento, visitamos el Taj Mahal Palace, un hotel tanto prestigioso como histórico. Una visita muy merecida, solo por el hecho de chafardear un poco y porque empezaba a llover. Antes de entrar no tenía ni idea de la majestuosidad del hotel y la sublimidad del vestíbulo del hotel . Lo primero que ves al entrar en el hotel es una gigantesca lámpara de araña en medio de la recepción. Igual que en las películas antiguas sobre la India de la época victoriana.

Con los nuevos amigos conocimos más sitios  interesantes de Mumbai, sobre todo las prósperas. Nuestro amigo quiso enseñarnos la estación Chhatrapati Shivaji, conocida también como la estación Victoria, al ser un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2004. Allí también tuvimos que pasar por una puerta de detectores de metal. Nuestro amigo nos contó que ello se debe a que algunos años antes un estudiante de la religión musulmana entró en la estación de tren con un arma de fuego con la que mató a tropecientos de paseantes.


Estación de tren de Chhatrapati Shivaji

Después de admirar la arquitectura de la estación nos encaminamos hacia un mercado de comida porque era la última ciudad de las otras dos amigas y querían comprar especias típicas de la India antes de volver a casa. Eso, y porque resulta mucho más barato comprarlas allí que en sus respectivos países.

El grupillo

Por la noche visitamos el paseo marítimo Marine Line, sitio ideal para los amantes de la fotografía que quieren sacar un plano perfecto de la ciudad de noche. También para las parejas que quieran hacerse arrumacos sin que nadie les interrumpa.  No obstante, aunque fuese de noche, gracias a las lámparas colocadas en el paseo marítimo, pudimos apreciar sin ningún problema tanto la suciedad como la basura poblando el mar. La gran cantidad de basura también se encontraba acoplada en las rocas. Una pena.


El paseo marítimo de Marine Line
Tercer día,

La noche anterior quedamos con nuestros nuevos amigos visitar los slums situados en la periferia de la ciudad al día siguiente. Los slums son barrios marginales de cualquier ciudad de la India. Aquellos slums no suelen tener acceso a la educación, sanidad, protección social, oportunidades de empleo, electricidad y agua potable. En la película "Slum dog millionare" aparecen escenas ambientadas en los slums de Mumbai y Agra.
Para llegar al sitio acordado tuvimos que coger el tren. En la estación nos dimos cuenta de que había compartimentos de vagón de tren solo para mujeres. Las mujeres de allí nos daban señales y/o indicaciones para que esperáramos en la parada designada en el andén para subir directamente al vagón de tren para mujeres. 


Vagón de tren solo para mujeres

Después de preguntar a nuestro amigo, nos comentó que los hombres tienen prohibido utilizar esos vagones de tren debido al elevado nivel de acoso sexual y violaciones sucedidos en la India.

Una vez en los slums me quedé impresionada por la cantidad de basura generada por las calles. Me pareció muy anti-humano y anti-higiénico. La gente parecía acostumbrada a convivir con el mal olor de las basuras que llevaban días o incluso semanas allí. Hasta había animales como gallinas, ocas, etc., paseando por encima y/o rebuscando comida entre la basura.



Las tres fotos fueron sacadas en diferentes sitios del mismo slum


Allí también pudimos apreciar con mayor claridad cuán grande es el núcleo de la población musulmana hindú. Luego, con el transcurso del viaje por el norte de la India, vimos que, a pesar de las diferentes religiones existentes en la India, generalmente hablando, la mayoría de los ciudadanos se las arreglan para convivir en paz entre todos.

Por la noche nos dirigimos a la estación de tren para coger el tren en dirección a Ahmedabad, otra ciudad importante del país. Antes de subirnos al tren nos encontramos por casualidad con un grupo de sordos indios. Conversamos un rato de todo. Nos cayeron tan bien que terminamos acordando con ellos vernos de nuevo en septiembre, antes de que Berta volviese a España y yo me pusiese rumbo quién sabe dónde.



Foto del grupo antes de subirnos al tren



Lecciones aprendidas en los primeros días en la India:
  • No hacer siempre caso de los taxistas cuando afirman que saben donde está el sitio al que quieres ir. 
Actualización: En la India actualmente existe una app llamada Ola, parecida a la Uber de aquí, que es mucho más cómodo, seguro y barato que coger otro cualquier taxi. El precio es fijo, a pesar del tráfico o las equivocaciones de los taxistas, porque el taxista ya dispone de la dirección a la que quieres ir en su GPS.
  •  Resulta una perdida de tiempo escribir en inglés para comunicarse con alguien. Lo mejor es comunicarse con ellos a través de gestos.
  • Nos pareció misión imposible encontrar alojamiento con wifi en el primer día en la ciudad. Cabe informarse bien y reservar una habitación antes de visitar Mumbai. ¡No seas tan temerario como nosotras!
  • Ser siempre conscientes de que no compartimos la misma cultura y educación. Por lo tanto, tampoco comparten nuestras prioridades ni forma de hacer las cosas. A los indios les gusta tomarse su tiempo con una calma infinita hasta que se pongan a hacer algo. La noción del tiempo de allí y aquí es diferente. Por ejemplo, si necesitas ayuda del recepcionista de un hotel y éste se encuentra cenando a la vez que está viendo un programa de la televisión, vas a tener que esperar hasta que se haya terminado su plato y de disfrutar de la  televisión para que te atienda.
  • Viajar con, al menos, un guía de viajes como el de Lonely Planet. Berta y yo decidimos no llevarlo por lo gordo y pesado que es (una muy mala decisión). Si  decidís tanto viajar como visitar otro país, lleva siempre un guía de viaje, pese lo que pese, por si las moscas. Aunque es preferible que sea ligero para que su peso no te moleste cuando lo cargas en la mochila. 

Primeras reflexiones sobre Mumbai y la India en general:
  •  Nos chocó mucho el hecho de que los indios consideran muy atractivos los brazos desnudos de las mujeres empezando desde el hombro cuando las mujeres indias van con el vientre destapado por la calle con la máxima naturalidad. Allí en Europa pasa al revés.
  • Siempre viene muy bien encontrarse con otrxs viajerxs para compartir  e intercambiar experiencias, opiniones y consejos. Las jóvenes europeas a las que conocimos en Mumbai nos fueron de mucha ayuda, nos explicaron más o menos cómo funcionaba el sistema en la India. Incluso nos dejaron su tarjeta sim de móvil para que la pudiéramos utilizar y, de esa forma, tener acceso a Internet. 
  • La mayoría de las veces es más fácil comunicarse con las mujeres que con los hombres. Berta y yo suponemos que ello se debe a que se identifican con nosotras al ser del mismo género. 
  • Berta y yo debatimos las razones de la flacidez de muchos abdómenes de las mujeres indias. Después de hacerlo, llegamos a dos posibles conclusiones: la flacidez puede deberse a la mala alimentación o calidad de agua, o a los partos al no disponer de fajas u otros sistemas de sujeción para mantener el vientre firme. 
  • Todos los espacios públicos importantes (estaciones de tren, edificios, bancos, estaciones de metro, centros comerciales, etcétera.) tanto de la ciudad como del país como descubriríamos más tarde tienen instalados controles de seguridad y detectores de metal. 
  •  A causa de la impresión que tuve sobre las basuras en los slums investigué la cantidad de los residuos que se vierte en la India al año: 140.000 toneladas de basura, según el periódico "Compromiso Empresarial". Una barbaridad. No hay casi prácticamente vertederos o contenedores de basura  instalados por las calles que animen a los ciudadanos a estar más concienciados con el medio ambiente. Es una pena que el gobierno indio no se preocupe lo suficiente por la limpieza de las basuras de sus calles y tratar de transformar los residuos en energía a la vez que se generarían más puestos de empleo para muchos habitantes. Se ha pensado varios proyectos así como también se ha hablado de la posibilidad de transformar la basura en energía pero hasta ahora no se ha pasado nada a la realidad.  
           Por otro lado, según una amiga que ha ido a la India hace poco, me ha comentado que en Dharavi       disponen de un gran sistema de reciclaje. Así que, ya sabéis, si vas allí, no te pierdas la visita. Aún mejor si vas con un guía para que te lo explique todo.
  •  En Mumbai hay muchos niños, puede que algunos huérfanos y otros no, y/o vagabundos por la calle. Por la noche es posible ver a niños apilados en una esquina durmiendo encima de cajas de cartones para resguardarse del frío y la rugosidad de los pavimentos de las calles. No me extraña que le sea muy complicado al gobierno indio controlar de forma precisa la natalidad y la mortalidad de sus habitantes. Dudo de verdad que la Administración tenga registrada a todos los habitantes, es decir, nombre por nombre y apellido por apellido.